jueves, 27 de enero de 2011

Sostén ahora mi fe...

    Mis ojos, mis pobres ojos
que acaban de despertar
los hiciste para ver,
no sólo para llorar.
    Haz que sepa adivinar
entre las sombras la luz,
que nunca me ciegue el mal
ni olvide que existes tú.
    Que, cuando llegue el dolor,
que yo sé que llegará,
no se me enturbie el amor,
ni se me nuble la paz.
    Sostén ahora mi fe,
pues, cuando llegue a tu hogar,
con mis ojos te veré
y mi llanto cesará.
(Himno de Laudes)

lunes, 10 de enero de 2011

Vía Crucis: 6ª estación


Verónica limpia el rostro de Jesús
Sexta cruz: Recibir sin retribuir

Me quitaron todo y todos me abandonaron.
En el camino a la muerte me quedé sólo y sin nada. Entonces llega Verónica y me ofrece un sudario.
¿Sabes cómo me sentí?
Estaba emocionado y agradecido pero no tuve con qué retribuir. Tenía solamente mi dolor y mi sufrimiento.
Esto le di: mi rostro sangrante impreso en el sudario.

Permitir que las personas te hagan un favor, sin que por esto puedas devolvérselo, esto es la cruz.

Ten valor y haz lo que yo hice. Permite a las personas ser serviciales a pesar de que no tengas con que corresponderles. Permite quedarles debiendo. No puedes pagar de otra manera que dándote a ti mismo como pago. Aprende a aceptar los regalos sin retribución, sin comerciar.
Esto es la puerta hacia mí.
Acepta la sensación desagradable de no tener con qué retribuir. Con esto te acercas a mí.
Mi Padre da sin pretender pago. Él es como un manantial que, sin paga da agua clara y pura sin que se agote. Cuando eres así eres hijo de mi Padre.
¿Qué es tu sexta cruz?
Esto: que a Dios no puedes retribuirle su amor de otra manera que siendo como hijo que goza de la bondad de su Padre y Madre.


(*) (P. Tomislav Ivancic)